sábado, 6 de octubre de 2012

Cartas de Amor a Stalin

Ramsés Ancira
 
COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO. Así, con mayúsculas.
 
En México hay mas calidad que foros teatrales cómodos y bien ubicados. Tenemos tanta propuesta que ha sido necesario realizar convenios, en este caso con la Universidad Autónoma Metropolitana, para poder montar en su teatro Casa Casa de la Paz, Cartas de Amor a Stalin.
 
¿Quién podría mandarle cartas de amor a un dictador que es responsable de la muerte y exilio  de miles de personas que no pensaban como él? Es como si los mexicanos le enviaramos cartas de amor a Carlos Salinas de Gortari, sabiendo que le abrió las fuentes del petróleo mexicano a las compañías texanas ligadas a la industria armamentista privada.
 
Ni el cabello, ni el abundante bigote del  Stalin real, o el del personaje teatral  se parecen siquiera un poco al del ex-presidente mexicano, pero hay algun instante, en la forma en que se rasca o en la forma en que muestra desprecio por lo que piensan los ciudadanos, que pareciera uno estar viendo a cualquier priista en la Cámara de Senadores.
 
A 44 años de la masacre de Tlatelolco o la Primavera de Praga, la puesta en escena de Cartas de Amor a Stalin representa una enorme oportunidad de reflexionar sobre esos padrecitos que a fuerza de ejercer el poder omnimodo olvidan fácilmente que son representantes de una sociedad y quieren imponerle sus modelos y censura y formas de gobierno.
 
El texto del español Juan Mayorga basado en el escritor soviético Mijail Bulgakov, autor a su vez de El Maestro y Margarita, es una obra dentro del género teatro dentro del teatro. Esta puesta en escena la dirige el español Guillermo Heras, con lo que podemos respirar aliviados sabiéndo que no todo lo que proviene de la madre patria es Repsol y OHL, sino que gracias a las instituciones culturales también podemos intercambiar inteligencia y no solo venderles barato nuestro gas para que no los devuelvan caro... o comprarles el derecho a manejar en un segundo piso, dado que la Constitución dice que somos propietarios del suelo y el subsuelo, pero no  de las vías elevadas y los viaductos bicentenarios.
 
Excelentemente caracterizados, los actores mexicanos Luis Rábago y Juan Carlos Remolina llenan el escenario y casi dos horas de reflexiones en nuestras vidas como espectadores,  interpretando a Stalin y a Bulgakov, quienes a su vez son dos delirios sobre el poder, el proceso creativo, la sumisión y la negociación  de los intelectuales con el poder.
 
Gabriela Nuñez, quien interpreta a la esposa de Bulgakov, caracteriza la racionalidad enmedio de dos egos, el del estadista/dictador y el del creador intelectual
 
En ningún momento la Compañia Nacional de Teatro pretende hacer una obra panfletaria pero en  el espectador bien informado podría surgir la reflexión de cuan afortunados somos de tener una clase política mayoritariamente integrada por ignorantes e iletrados, que no se da cuenta que los estamos observando y vigilando para que no haya mas "Stalines" en México apoderándose de nuestros recursos, pero no de nuestro juicio crítico ni de nuestra capacidad de conocerlos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
 
Cartas de Amor a Stalin se presenta en el Teatro de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la calle ded Cozumel, a unas cuadras del metro Sevilla.
 
Muy recomendable para los amantes del teatro y el ensayo político.
 
Gracias a Erzy Yoseff, por haber sido conductora de la amable invitación de la Compañia Nacional de Teatro




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